jueves, 13 de mayo de 2010

Todos duermen

Todos duermen. La casa está sumida en el más profundo silencio, interrumpido sólo por el sonido de mis dedos golpeando las teclas del ordenador. Por un momento no puedo recordar cuánto tiempo llevo haciendo esto, como si hubiera pasado toda mi vida sumido en este agradable silencio noctámbulo. La única prueba de que esta sensación no es real es el ordenador, pues me llegan a la mente claras imágenes en las que me veo sobre este mismo escritorio, pero no delante de una pantalla, sino de un folio. El mismo silencio tranquilizador, la misma oscuridad alumbrada por el débil resplandor de un flexo, la mismas luces anaranjadas dispersas por el horizonte a través de la ventana, la misma calma inspiradora, esa que te hace sentir afortunado al mismo tiempo que te muestra la realidad sin tapujos. Sí, creo que en realidad nunca he estado fuera de esta buhardilla. Llevo aquí casi veintidós años vomitando ideas sin parar. Cuando no sabía escribir dibujaba lo que sentía, después vinieron aquellas historias fantásticas que tanto me hicieron soñar, luego las letras de rap... y ahora esto. No sé si nací para escribir, pero siempre encontré la calma del mismo modo: un folio en blanco, un bolígrafo y una noche entera a mi disposición para describir lo que acudiera a mis pensamientos…

sábado, 8 de mayo de 2010

el verano

Aunque siempre he sido un desastre y nunca he destacado por mi puntualidad, aquella tarde fue diferente. Recuerdo que aún faltaban treinta minutos para la hora a la que habíamos quedado y yo ya estaba listo. Me tuve que sentar a ver la tele un rato para hacer tiempo. Cambié de canal una y otra vez con nerviosismo, hasta que no lo soporté más y pulsé el botón de off. Me levanté del sofá decidido, cogí las llaves y salí a la calle.
Eran las ocho y media y el sol comenzaba a descender. Entonces el barrio me pareció muy distinto. Todo estaba teñido de un color anaranjado y sonreí al darme cuenta de que casi podía tocar el verano con los dedos. Poco a poco fueron llegando a mi mente imágenes estivales del pasado y me contagié de la libertad que evocaban mis recuerdos.
Llegué a la puerta de la cafetería quince minutos antes de la hora acordada, así que me senté en el portón a esperarte. Pensé en nosotros. Por un instante llegué incluso a creer que vendrías, pero a las nueve y cuarto decidí dejar de humillarme.
El cielo estaba ahora de un color violáceo. Me subí al coche con el rostro entristecido y arranqué. Conduje hasta los acantilados y allí opté por bajarme a dar una vuelta. Me sentía como un idiota por ilusionarme tan fácilmente. Me senté sobre una roca a contemplar las olas y de repente el móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo. Recuerdo que no te dejé formular tu excusa y lancé el teléfono al agua. Fue entonces cuando empecé a sentirme bien por dos razones: la primera era que a partir de entonces no volvería a dejar que nadie me humillase y la segunda que casi podía tocar el verano con los dedos.

viernes, 7 de mayo de 2010

Vuelve Limp Bizkit


Llevan ya varios meses anunciándolo a través de la red, vuelve la “galleta mustia”, y además con Wes Borland a la guitarra de nuevo. Si en un primer momento quisieron demostrarlo a través de una serie de vídeos caseros en los que se podía ver a Fred grabando delante del micro o la mesa de mezclas del estudio con un nuevo corte sonando de fondo, ahora lo hacen subiendo el primer single “Why Try” a su página web. Todo vuelve a sonar como lo hizo en su momento: Fred rapeando como en sus mejores momentos y el guitarreo al que nos acostumbraron acompañándolo. No es el mejor tema que la banda ha creado, pero después de varias escuchas la sensación que el track me produce es que los Limp Bizkit de siempre han vuelto y han sabido alejarse del poco acertado enfoque que dieron a la música en su último disco “The Unquestionable Truth” en el 2005. Ahora toca esperar a que salga a la calle el resto del trabajo y que demuestren que la banda no había muerto.