sábado, 5 de junio de 2010

Nunca más

Cada día lo tengo más claro: no estamos aquí para sufrir. Los años pasan fugaces, a pesar de que nos empeñamos en seguir una rutina lenta y torpe que nos aleja de la felicidad si no aprendemos a controlarla. Tal vez la clave esté en ser siempre el dueño de los actos de uno mismo, o al menos en intentarlo. La calma siempre es necesaria, hay que aprender a afrontar la vida con paciencia, pero también es importante actuar en el momento adecuado.

Últimamente pienso mucho en las responsabilidades. Estoy empezando a aprender a no tomarme la vida tan en serio. Creo que ése ha sido mi problema en los últimos años: he intentado ser perfecto. Me estoy empezando a dar cuenta de que me he pasado más de veinte años preocupado por todo, en vez de pensar que el sufrimiento no sirve de nada. Ahora lo veo todo demasiado claro. Nunca más volveré a preocuparme.

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